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La era de la información y comunicación digital ha impactado a la farmacia comunitaria propiciando un nuevo tipo de paciente, que bien podría denominarse e-paciente. Tal acontecimiento supone para las farmacias un cambio cultural de integración en la tecnología, ya que los nuevos clientes acceden por la Red para demandar servicios de salud con algunas particularidades de compra. Por lo tanto, la farmacia del siglo XXI debe adaptarse a los nuevos tiempos y elaborar un nuevo perfil profesional para el sector: el e-farmacéutico.

Un e-paciente que acude a la Red para solicitar productos sanitarios, reclama un asesoramiento en este canal (un 54% de compradores online quieren tener la oportunidad de consultar con un profesional) por ello el e-farmacéutico debe trabajar para acercarse al paciente y abrir nuevos canales de atención y de servicios. Una apertura de oportunidades para el farmacéutico, para convertirse también como profesional de referencia en Internet, ayudar al paciente a diferenciar la realidad de la ficción en el mundo online y establecer nuevos modelos a través de la Red.

La farmacia digital debe responder a la demanda de la propia sociedad con un equipo cada vez más multidisciplinar, y los que poseen una pieza fundamental para actualizar este nuevo conocimiento son las propias universidades, que deben tener unas infraestructuras y unos equipos sofisticados que faciliten la formación de los jóvenes farmacéuticos.  Todo ello sin perder la esencia asistencial de la profesión ni el modelo de farmacia mediterránea, que prima el servicio público por encima del interés económico.

El e-farmacéutico requiere de dotación digital, económica y de tiempo, y muchas oficinas aún no se animan porque aparte del coste laboral, están a la espera de observar cómo funciona el vender por internet productos de parafarmacia y medicamentos sin receta. Pero un farmacéutico recién licenciado, experto en redes sociales y con un Blog de salud o de temática  farmacéutica, le convertiría en un perfil 2.0, algo que podría ser interesante y atractivo para los tiempos que corren.

La farmacia 2.0 es mucho más que estar presente en redes sociales: es integrarse digitalmente con los clientes, con otros profesionales y con el equipo de la oficina de farmacia. En España unas 654 farmacias están integradas en esta red virtual y muchas de ellas cuentan con estrategias digitales para sacar margen de beneficio en este canal de compra.

En definitiva, para que el profesional farmacéutico pueda manejarse en el futuro, debe hacer algo antes: entender el presente, un presente que se encuentra inmersa en la importancia de los servicios y el universo online donde el paciente es el principal beneficiado.

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