La investigación dedicada a las inyecciones sin aguja, accionadas por energía láser, se ha incrementado en la última década con el fin de eliminar barreras para las personas que tienen miedo o, incluso fobia a las agujas hipodérmicas. Y es que cada vez se hacen más necesarias herramientas mínimamente invasivas y menos dolorosas para la administración de medicamentos como vacunas.
Las inyecciones sin aguja como la que se está desarrollando en la Universidad de Twente (Países Bajos) se presentan como una alternativa a la jeringuilla con agujas hipodérmicas. Este nuevo dispositivo se activa mediante un chorro de líquido que se calienta y se “dispara” con un láser.
Los chorros de fluido impulsados por láser ya fueron desarrollados, tiempo atrás, por el grupo de Física de Fluidos del profesor Detlef Lohse, físico alemán y profesor de mecánica de fluidos de la Universidad de Twente, utilizando el llamado láser pulsado. La tecnología que se está desarrollando ahora de la mano de David Fernández Rivas, profesor asociado de fluidodinámica en la Universidad de Twente, se acerca bastante a dicha investigación, aunque, en esta ocasión, se usa un láser continuo que aporta ventajas como el tamaño y el coste más asequible.
Una propiedad importante de la novedosa inyección es que el líquido que se administra por esta vía se puede controlar en gran medida, de tal manera, que se evita usar más producto del que realmente se necesita, y la dosis que se envía va directamente a las capas debajo de la superficie de la piel. “Cada vez hay más pruebas de las ventajas de administrar pequeñas dosis en las capas superficiales de la piel, es decir, la epidermis y la dermis. Ello se puede realizar a través de un alto nivel de control de los fluidos”, explico Jelle Schoppink, uno de los investigadores de este tipo de tecnología, que ha sido explicada en la publicación ´Advanced Drug Delivery Reviews´.
Entre sus ventajas, también se encuentra que reduce la enorme cantidad de desechos en los hospitales, así como accidentes laborales entre los trabajadores de la salud que, con frecuencia sufren pinchazos con las agujas con graves consecuencias para su propia salud.
Aunque la técnica de inyección inducida por láser aún no se ha probado en humanos, las pruebas en geles que parecen piel humana y piel de cerdo parecen prometedoras, según sus creadores.