Borja López
Asesor Técnico de Gollmann-Zwick
La modernización siempre exige un cambio, y todo cambio implica un esfuerzo, un desafío, generando con ello una cierta resistencia al mismo.
Somos animales de costumbres, al fin y al cabo. Sin embargo, la tecnología avanza igualmente, queramos o no, transformando nuestra sociedad y, con ello, las necesidades de cada negocio para adaptarse a los nuevos tiempos.
Hace 40 años, tener un ordenador por puesto en una farmacia resultaba algo impensable, y hace 20, usar un software de gestión que la controlase parecía todo un lujo. Sin embargo, hoy día lo que parece inconcebible es no disponer de ambas cosas y seguir gestionando una farmacia completamente a mano.
Del mismo modo, hoy día automatizar nuestro negocio con un robot de farmacia parece una modernidad innecesaria para muchos, pero lo cierto es que robotizar nuestra farmacia tiene una enorme serie de ventajas que, en un mundo en constante cambio, son cada vez más una necesidad -y una enorme ventaja competitiva- que una simple opción.
La primera de ellas es el enorme ahorro de tiempo. Ese bien tan preciado que todos necesitamos para atender mejor nuestro negocio. En una farmacia hay muchas tareas rutinarias que nos consumen demasiado tiempo, especialmente las relacionadas con recepción y clasificación de pedidos, controles de stock, revisión de caducidades, ajustes de descuadres en inventario, etc. Tareas mecánicas que un robot de farmacia hace mucho más rápido, sin errores, liberándonos completamente para atender mejor a nuestros clientes, mejorando el consejo farmacéutico y la atención personalizada, que son el gran valor añadido de una farmacia.
Una ventaja que podemos aprovechar mucho mejor si además el robot nos permite estar delante de nuestros clientes todo el tiempo, y no desapareciendo constantemente en nuestros viajes a la cajonera, ya que son las cajas quienes viajan hasta nosotros y no nosotros hasta las cajas. Esto nos ayuda a incrementar la venta cruzada, informar mejor de nuestras promociones, fidelizar a nuestros clientes al mejorar su experiencia de compra, y aumentar tanto la clientela como el ticket medio, generando más beneficios para nuestra farmacia.
Además, las farmacias están cambiando, cada vez queremos menos robótica y más espacio de exposición en la zona pública de venta libre, y ahí también podemos encontrar en un robot a nuestro mejor aliado. El grado de compactación de almacenamiento en un robot es considerable comparado con el de una cajonera, y no digamos ya con el de las estanterías corrientes. Especialmente en los robots de armarios deslizantes, los más compactos del mercado con diferencia, que son capaces de almacenar hasta 10.000 unidades en la misma superficie que ocuparía una cajonera, ahorrando un espacio vital para nuestro negocio y nuestras necesidades, y liberando esos metros cuadrados, tan valiosos, para poder ampliar nuestra zona de venta.
En resumen, un robot de farmacia nos permitirá tener un control total del stock automatizado, evitar quedarnos con productos caducados, eliminar las pérdidas y extravíos, agilizar tanto la recepción y clasificación de pedidos como la dispensación de los productos, ahorrar muchísimo espacio de almacenamiento, mejorar la atención al cliente e incrementar nuestras ventas, aumentando así la rentabilidad de nuestro negocio.
Los tiempos cambian, y cuanto antes cambiemos con ellos, antes utilizaremos la tecnología a nuestro favor para revolucionar nuestra farmacia.
